martes, 4 de noviembre de 2014

3. Mapaches en celo.

Veréis, todos conocemos a esas chicas que se hacen la ralla , si, si, si, lo se, maquillarse no es malo, (yo me maquillo, si no es muy temprano y si tengo ganas, claro) lo que si pasa es, que al hacerse la ralla existen chicas que se la hacen y al de dos horas ya lo tienen corrido y parecen mapaches con la rabia.

Consejo: por favor, llevaos toallitas porque al hacerlo con el dedo, os lo esparceis mas y eso no es lo que queremos. Hacerlo por vosotras. 

El otro tema que nos aterroriza a mi y a mi amiga, la pato (si, si, la pato) es el rímel. Veréis chicas la función del maquillaje es que no se note el maquillaje, que quede natural pero si en vez de poneros una capa de rímel, os asfaltáis las pestañas, pues no hacemos nada. 

¿Y esa ralla de arriba que se os queda pegada a el párpado?
¿Y esa legaña todo negra?
Chicas, no sois ni mayores, ni elegantes por maquillaros así, sois chonis.

Hasta otra chulisssss xx.

2. Venditas mallas.

Holaaaaaaaaaaa!

Vale vale vale, la entrada de hoy trata sobre esas chicas que usan esas mallas las cuales son tan trasparentes. Van unos consejos.

Si os vais a poner esas mallas, por dios poneros bragas oscuras! Creeis que se os marca el culo y les gustais mas a los tioos, pero vamos a ver, las mallas son algo comodo y convertis algo comodo en algo tan vulgar!!
Quiero que os quede algo claro, no vais a ligar mas por llevar mallas y medio culo transparentado, aveces la personalidad hace mas que un culo marcado porque sinceramente chicas, el culo se cae la personalidad, no.

Me encanta ver a las tias quejarse cuando los tios solo las quieren por el fisico ¡PERO VAMOS A VER! Si sois vosotras las que os subis las mallas todo lo que podeis! No puedo culparlas, tienen que resaltar su cuerpo porque saben que con la personalidad, no van muy lejos. Asi que chicas, la próxima vez que os quejeis de los babosos, acordaros de que sois vosotras las que os marcais el ****** que parece que esta en 3D.

Ah! Y chicos! Un culo y unas tetas no os escuchan cuando estais mal!

                                            Hasta otra chulisss xx.


jueves, 23 de octubre de 2014

1. Putas, falsas y viceversa.

No puedes estar en el instituto sin haberte encontrado a una puta, falsa y o idiota.

No es muy dificil reconocerlas

Putas: a esta raza de adolescentes hormonadas se les huele la desesperación y la inseguridad a kilometros y suelen intentar bajarle la autoestima a los demas para que ellas puedan sentirse mejores o superiores. El caso de mi instituto es que "las guays" bueno, una de "las guays" tiene orejas de soplillo y nunca la veremos con coleta, me importa bien poco, pero a ella no. 

Falsas: estas tienen dos etapas, la popular (la popu para mi) y la solitaria. La feliz se basa en tener muchas amistades y ponerlas a parir unas con las otras y claro, todo se acaba sabiendo por lo tanto en el momento que el grupo de amigas se entera de lo que la otra ha ido diciendo de cada una se monta la marimorena y llegamos a la parte solitaria, vamos, mas sola que la una.

Idiotas: pasa cinco minutos mirando a tu clase y en seguida encontraras quien no tiene futuro como presidente del gobierno, ni de cajera del mercadona.

No confundir términos, las putas son putas, las falsas, falsas y las idiotas, idiotas

Para sobrevivir a este tipo de razas de mujeres en la edad del pavo, hacen falta, dos dedos de frente, un par de ovarios (o "testiculos" acuerdo a tus genitales) y dejarles las cosas claras desde un cierto momento. Dejarlas en evidencia es su mayor temor puesto que la gente se reiria de ellas y claro, ellas tienen derecho de meterse con la gente, pero que dios nos pille confesados si las hacemos algo.

Conclusión: si tenéis la mala suerte de tener alguna de las dos clases peligrosas (las idiotas son inofensivas, pensar en que sepan quien fue Franco ya es esperar mucho, eso si preguntalas por Justin Bieber que te dicen hasta cuantos pelos tiene en el pecho) pasar de ellas, cuanto mas lejos, mejor.


Personas que siempre dijeron que nunca serían.

El instituto convierte a la gente en personas que siempre dijeron que nunca serían.


Personalmente, odio el instituto, pero no lo odio porque tenga deveres, examenes, profesores absurdos... si no porque el instituto coincide con la edad en la que se ve como es una persona y como demuestra ser quien nunca esperábamos que fuera.

Cada semana subiere un paso para sobrevivir a el instituto o la adolescencia, basicamente.

Si consigues acabar bachiller siendo la misma persona o mejorada, felicidades.